Todos tenemos una relación con la comida. Cuando éramos bebés, la mayoría de nosotros gritó cuando nuestro estómago estaba vacío y la momia se nos han recogido, nos abrazó y poner algo agradable en la boca - y, he aquí, el dolor desapareció.
Para la mayoría de nosotros, la comida tiene en algún nivel se asocian con el confort y la abraza y la cercanía de los demás. Esta relación entre la alimentación y las emociones se ve reforzada a lo largo de nuestra vida, con muchas ocasiones el ser social vinculados a la alimentación - el más intenso de los sentimientos, el más extravagante de la comida, golosinas y la comodidad están relacionados con algo dulce como el chocolate, que celebramos por salir a comer fuera o beber alcohol, y luego están los tiempos cuando los alimentos 'para llevar' nos ahorra tiempo y se burla la vida más fácil y mucho más.
Asociaciones con el hambre
El hambre tiene el poder de desencadenar el dolor de las emociones asociadas a las punzadas de hambre. En mi caso, he sufrido sentimientos de pánico, el miedo a la vida y la muerte tan mala que no podía ir a las casas de otras personas a menos que yo sabía que iba a ser capaz de controlar lo que comía. "¿Qué pasa si no hay comida, o tengo que preguntar por ella? ' Me preguntaba. "Van a pensar que soy codicioso.
Me gustaría comer de forma preventiva - todo el tiempo - para no sentir esa sensación. Del mismo modo, cualquier sensación de pánico, miedo o estrés daría lugar a las mismas asociaciones y convencerme de que tenía hambre, así que fue un vínculo que tenía que romper.
La ecuación era la siguiente:
El hambre de pánico = = = miedo a comer algo
Tú también tienes muchos pensamientos y sentimientos conectados a la alimentación. Habrá voces en su cabeza que usted descubrirá que no la suya, pero con los consejos que siguen a ciegas sin darse cuenta.
